Llevo unos días dándole vueltas a un tema del que me parece
importante hacer una reflexión.
Me refiero al auge de las corrientes psicológicas como la
Psicología Positiva, el Mindfullnes, el Coaching y aquellos modelos que buscan
alcanzar la paz y la serenidad.
Es verdad que merecen el reconocimiento de que numerosas
personas han encontrado una vía para superar las adversidades de la vida
cotidiana y sentirse mejor. Basadas en ideologías y metodologías que propician
bienestar, han encontrado éxito en la cultura occidental actual que tanto busca
el placer y huye del dolor.
Ahora bien, mi experiencia y mi visión personal y
profesional me dice que si estás pasando por una etapa de estrés, ansiedad, depresión,
duelo, angustia, separación….muy difícilmente encontrarás la solución a tu
malestar “pensando en positivo” o
“modificando tus creencias”, no. Más bien me parece que es lo que han hecho
desde hace muchos siglos las religiones en la sociedad, modificar tus creencias
para pensar que la vida es mejor de lo que en realidad es.
Para mi entender, estas circunstancias vitales no se
abordan tratando de superarlas y mirando para otro lado sino abriendo un
proceso (en la mayoría de los casos algo doloroso) que te permita abrir heridas
y entrar en las “cloacas del alma”, allí donde nadie quiere mirar donde está
gran parte de lo verdadero de nosotros.
Y para ello me temo que no basta con la asistencia a un
taller o la lectura del libro de autoayuda de moda. Para mí es como el que
pretende superar sus crisis con psicofármacos, salidas respetables para quien
no esté preparado o no quiera entrar en un proceso psicoterapéutico pero
superficiales y poco duraderas, para no llevarnos al engaño.
Por mi carácter y mi historia personal, cuando era más
joven siempre he tendido a buscar la paz y la tranquilidad como una forma de
afrontar mis demonios personales. Ahora, tras haber pasado por un proceso
profundo de transformación, reconozco que al ego no se le doma con buenas
intenciones y filosofía new age, sino con una guía de otra persona experta en
dominar el arte de la guerra contra el ego cuyas armas fundamentales son la
compasión y la confrontación.
Isabel Berbel Teréñez. Psicóloga psicoterapeuta.
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