Acerca de mí

       Nací en 1981 el día de la virgen de la familia de mi madre, por lo que siempre han considerado que ese hecho fue una especie de milagro. Tuve una infancia feliz, en la que mi principal referente fue mi abuela materna, Angelita, la primera "psicoterapeuta informal" que conocí. Cuando estaba cerca de ella, sentía una sensación de paz y que me acompañaba en el alma y ahora pienso que esas experiencias sentaron la base de mi vocación.

     Crecí y pasé por una adolescencia en la que no lograba exteriorizar todo el conflicto que bullía por dentro. Me sentía sola en el mundo e incomprendida y tenía un fuerte impulso en conocerme a mí misma. Durante mi primera juventud tuve varias experiencias que me acercaban a ese autoconocimiento tan ansiado, de las que destaco el Camino de Santiago o el campo de trabajo en Caissenols, Francia.

     Cuando terminé mis estudios universitarios me sentía decepcionada con mi elección ya que los modelos psicoterapéuticos que conocían no me llenaban y no se adaptaban a mi forma de ser así que me centré en desarrollar mi profesión dentro de la Psicología Social. Precisamente en una de las asociaciones en las que he trabajado tuve mi primera experiencia formativa seria con la Terapia Gestalt, y eso me hizo saber con total seguridad que ese era el oficio al que me quería dedicar, que casaba perfectamente con la búsqueda que había iniciado de niña.

      Una vez que la tormenta de la juventud pasó y que estaba trabajando en una entidad que proporcionaba seguridad y había encontrado mi compañero sentimental, inicié en 2009 mi formación en Terapia Gestalt, desarrollando un proceso de autoconocimiento duro y enriquecedor que todavía no ha terminado. Durante estos años he revisado la mayoría los aspectos inconclusos de mi vida y he conocido los aspectos de mi carácter que me impedían el camino a la felicidad, lo que me ha aportado muchísima luz.

     Una vez que me convertí en madre y dí la vida, me sentí animada y preparada para iniciar un nuevo proyecto de envergadura en el que puse toda mi energía e ilusión, mi propio centro de psicoterapias.

       Durante todo este tiempo, sólo he conseguido reafirmarme en mi vocación profesional y en mi intención de volcar en los demás todo lo que la vida y mi familia me ha dado, ahora acompaño a otr@s en la batalla de la vida y me siento simplemente feliz, consciente que estoy haciendo mi propio camino.


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