viernes, 12 de diciembre de 2014
viernes, 17 de octubre de 2014
Gestalt y cáncer
En Gestalt llamamos “ciclo de la
experiencia” al esquema didáctico que representa el camino que recorre la
energía del organismo del ser humano, hacia la satisfacción de sus necesidades,
constituyendo la experiencia sensorial, mental y conductual de la persona.
Los bloqueos en el ciclo de la
experiencia se definen como la interrupción de la energía por parte del
organismo, ya que se impide el libre flujo y manifestación de dicha fuerza y la
manifestación de la enfermedad no deja de ser un bloqueo debido a que la
persona busca evitar a toda costa el cierre de la gestalt de la vida.
Considerando a la enfermedad como un
mensaje existencial, podemos percibir al padecimiento como la mejor respuesta
que encontró el organismo para adaptarse a su entorno. Un ejemplo de esto sería
un adulto mayor conviviendo con una familia que lo evita e ignora, súbitamente
enferma de cáncer, entonces empieza a recibir inmediatamente la atención por
parte de su sistema familiar. Desde el awareness o la consciousness, se da cuenta de las
repercusiones de su recuperación, por consiguiente, ¿valdrá la pena aliviarse?
La primera reacción ante una enfermedad
es delegar su tratamiento en los médicos. La mayoría de la gente no se pregunta
qué parte de su emocionalidad puede estar en conflicto como para haberse
enfermado. La propuesta consiste en que, además de consultar con el
especialista clínico, esas entrevistas se realicen también con un psicólogo con
la idea de que te ayude a darte cuenta de qué te está pasando.
Adriana (Nana) Schnake, psiquiatra chilena,
lleva la mayor parte de su vida profesional dedicada a abordar la relación
entre las enfermedades y los conflictos intrapsíquicos desde una perspectiva
gestáltica. Si bien ha planteado algunas generalizaciones (como el vínculo
entre los huesos y la estructura, el estómago con la asimilación o el corazón con
la emotividad), no siempre tiene que ser así, ya que la patología surge de la
relación y no exclusivamente del individuo.
No se trata de plantear la curación,
sino más bien de atender al mensaje que te está dando ese órgano enfermo, la
terapia ayuda a la curación en la medida en que la curación la hace el
organismo, no los médicos ni los terapeutas. La verdadera batalla es por la prevención,
por el conocimiento para alejar la enfermedad, por evitar que la muerte ocurra
en circunstancias imprevistas o absurdas.
Aún en las enfermedades más graves
ayuda en la medida en que mejora la calidad de vida de ese último tiempo. Ayuda
a una cura, que quizás no sea la sanación completa pero sí de algunos aspectos.
En cuanto al cáncer, es una de las
enfermedades que muestra la actitud más avasalladora y omnipotente del ser
humano. Las células del cáncer podrían ser definidas como muy omnipotentes
porque hacen una mutación, cuando salen en un órgano se niegan a tener las
características de ese órgano; se mantienen jóvenes mientras tengan alimento;
se multiplican a una velocidad muy grande; no tienen límite; se expanden para
todos lados; son muy egocéntricas; y se alimentan de los vecinos.
Propone el uso de la metodología
gestáltica, especialmente el uso de la técnica de la silla caliente para
establecer un diálogo con el órgano dañado.
Cada
órgano tiene una forma y una función, cuando tú sientes que eres ese órgano con
esa forma y esa función a ti te provoca una emoción determinada. Conectarnos
con una determinada parte de tu cuerpo a unos puede provocarles una emoción
positiva o negativa. Cuando vivencias un determinado órgano puedes sentir un
rechazo porque hay características de él que no te gustan.
Por ejemplo, hombres con cáncer de
pulmón que, al pedirles que se vivencien como pulmón, rompen a llorar porque no
pueden aceptar las características de éste como ser blando, dependiente,
indiscriminados, no les gusta eso. Entonces, tienen una emoción negativa. El
proceso de sanación se puede dar cuando la persona se da cuenta, de que le
guste o no, ese órgano es vital para vivir y que si están presentes esas
características en su cuerpo, en ese órgano suyo es probable entonces, que
también sean suyas. Cuando comienzan a aceptar, dejarán de pelear con sus
pulmones. Se trata de que terminemos aceptando cada parte que tenemos, ir
reconociendo partes del carácter que no nos gustan.
Aceptarse como uno es, con todas las
cosas que pueden ser calificadas de negativas, pero que son positivas en otro
sentido.
Bilbiografía recomendada:
Schnake, Adriana. “Enfermedad, síntoma
y carácter”.
Schnake, Adriana. “Los diálogos del
cuerpo”.
Schnake, Adriana. “La voz del síntoma”.
jueves, 25 de septiembre de 2014
APORTACIONES GESTÁTICAS AL ACOMPAÑAMIENTO A LA GESTACIÓN
Cada vez se hace más patente el interés por parte de las
mujeres embarazadas y de sus parejas, de afrontar el nacimiento de su hij@ de
una manera lo más saludable y placentera posible. Para lograrlo, no sólo es
necesario una preparación a nivel de conocimientos, de información de los
cambios que se suceden y de cómo podemos ir resolviéndolos sino que opino que
además, sería deseable una preparación psicoemocional que ayude a crear un
clima afectivo armonioso antes de la llegada del bebé.
Para ello, en este artículo voy a analizar las aportaciones
que puede realizar la terapia Gestalt, tanto en su faceta psicoterapéutico como
en su aplicación como filosofía de vida. Para ellos aplicaremos sus principales
objetivos.
-
El autoapoyo:
pasar del apoyo externo a tomar mis propias decisiones. En esta área
trabajaremos el autocuidado y la responsabilidad personal. Durante el embarazo
es muy saludable que la persona embarazada aprenda a tomar sus propias decisiones
confiando en su propia intuición. No se trata de impedir que familiares y
amigos bienintencionados ofrezcan sus consejos sino que la principal
protagonista, la mujer embarazada, tome decisiones por sí misma.
-
El principio
de homeostasis, el cual sostiene que el organismo busca el equilibrio
de manera natural con el ambiente, sólo hay que trabajar sobre los mecanismos
de interrupción de las necesidades. El embarazo es un proceso que fluye de
manera natural sin necesidad de intervenciones.
-
Vivir el “aquí
y ahora”: es fácil de decir y difícil de prácticar. Dice Laura Gutman:
“por mucho que nos preparemos, la presencia del bebé no se parece en nada a lo
que imaginamos antes, es algo desconocido, incontrolable”. Así que de poco
sirve planificar más allá de los aspectos más esenciales de la crianza.
Asimismo ese entrenamiento en el presente y en el fluir, nos servirá para toda
la crianza de nuestros hij@s ya que requerirá de una adaptación mutua contínua.
-
Unido al anterior, incrementaremos nuestro “awareness” o capacidad de
darnos cuenta de aquello que sentimos, pensamos y hacemos en consonancia. Una
vez que sepamos cuales son nuestros patrones de comportamiento, especialmente
aquellos que nos llevan al sufrimiento, adquiriremos recursos para abandonarlos
y vivir más plenamente.
-
Por último, la Terapia Gestalt persigue aceptar la experiencia tal como es, lo
que incluye aceptar las pérdidas que supone la maternidad y paternidad así como
aceptar el dolor, al igual que la alegría ,como dos caras de la misma moneda y
parte necesaria de la vida.
Para
terminar quiero dedicar este artículo a todas aquellas mujeres compañeras,
clientes y amigas que han compartido su vivencia de la maternidad y me han transmitido
tanto los conocimientos plasmados como la energía para la incesante búsqueda
del bienestar integral.
BIBLIOGRAFÍA.
Peñarrubia,
F. “Terapia Gestalt: la vía del vacío fértil”.
Gutman,
L. “La familia ilustrada”.
Alcubierre, E. y Yera, T. “La maternidad consciente”.
Escrito por Isabel Berbel, psicóloga y terapeuta Gestalt.
jueves, 19 de junio de 2014
La ansiedad ante los exámenes
Todos necesitamos una cantidad determinada de energía para realizar cualquier actividad, desde hacer deporte o conducir… Hasta caminar o leer un libro. Esta actividad es normal, y además es necesaria. El problema comienza cuando esa cantidad de energía se dispara y se pasa de estar activado a estar sobreactivado. Y esto nos ocurre cuando anticipamos un peligro, ya sea real o imaginado. Por ejemplo: “voy a suspender el examen”, “Seguro que me quedo en blanco”, “No tengo tiempo para aprenderlo”…
La ansiedad ante los exámenes consiste en una serie de reacciones emocionales negativas que algunos alumnos sienten ante los exámenes. Se da a niveles muy elevados cuando puede interferir seriamente en la vida de la persona. Esta ansiedad puede ser “anticipatoria” si el sentimiento de malestar se produce a la hora de estudiar o al pensar en qué pasará en el examen, o “situacional” si ésta acontece durante el propio examen.
La ansiedad se puede poner de manifiesto antes, durante y/o después del examen en tres áreas:
· A nivel físico se pueden dar alteraciones en el sueño, dolores en el estómago, en la cabeza, sensación de paralización o hiperactivación, náuseas, opresión en el pecho…etc.
· A nivel de pensamiento, todo lo que pasa por la cabeza antes del examen suele ser de carácter negativo. . Por un lado, el estudiante se infravalora (“soy incapaz de estudiarmelo todo”, “soy peor que los demás”, ” no valgo para estudiar”) y/o prevé que va a suspender e imagina unas consecuencias muy negativas del suspenso (“qué dirán mis padres”, “no voy a poder acabar mis estudios”, etc). Asimismo, durante el examen puede tener dificultad a la hora de leer y entender preguntas, organizar pensamientos o recordar palabras o conceptos. También es posible experimentar un bloqueo mental (o “quedarse en blanco”), lo que se manifiesta en la imposibilidad de recordar las respuestas pese a que éstas se conozcan.
· A nivel emocional, la emoción principal sentida es el miedo. Un miedo al que la mayoría de los estudiantes quieren evitar a toda costa, negándolo o realizando acciones dirigidas a evitarlo. Con eso lo único que consiguen es alimentar la emoción, construir un sistema de creencias en torno a ella maximizando su magnitud y dándole más importancia de su verdadero valor, el miedo sirve para que estemos alerta ante situaciones que requieren más atención por nuestra cuenta.
· A nivel físico se pueden dar alteraciones en el sueño, dolores en el estómago, en la cabeza, sensación de paralización o hiperactivación, náuseas, opresión en el pecho…etc.
· A nivel de pensamiento, todo lo que pasa por la cabeza antes del examen suele ser de carácter negativo. . Por un lado, el estudiante se infravalora (“soy incapaz de estudiarmelo todo”, “soy peor que los demás”, ” no valgo para estudiar”) y/o prevé que va a suspender e imagina unas consecuencias muy negativas del suspenso (“qué dirán mis padres”, “no voy a poder acabar mis estudios”, etc). Asimismo, durante el examen puede tener dificultad a la hora de leer y entender preguntas, organizar pensamientos o recordar palabras o conceptos. También es posible experimentar un bloqueo mental (o “quedarse en blanco”), lo que se manifiesta en la imposibilidad de recordar las respuestas pese a que éstas se conozcan.
· A nivel emocional, la emoción principal sentida es el miedo. Un miedo al que la mayoría de los estudiantes quieren evitar a toda costa, negándolo o realizando acciones dirigidas a evitarlo. Con eso lo único que consiguen es alimentar la emoción, construir un sistema de creencias en torno a ella maximizando su magnitud y dándole más importancia de su verdadero valor, el miedo sirve para que estemos alerta ante situaciones que requieren más atención por nuestra cuenta.
Para abordar esta problemática os recomiendo una intervención que abarque todas las áreas implicadas, que ayude a la persona a afrontar todos los componentes de la ansiedad ante los exámenes. Para ello, resulta de mucha utilidad las técnicas de respiración abdominal y de relajación, para controlar toda la parte física, una revisión de todos esos pensamientos negativos que aparecen irracionalmente para cambiarlos por otros realistas y, por último, técnicas de facilitación emocional que faciliten que la persona afronte el miedo y lo convierta una herramienta a su favor, en lugar de un enemigo.
En todo caso, cuando la problemática persiste es recomendable la revisión de un profesional de la psicoterapia para obtener una visión personalizada del caso y descartar otros factores que puedan influir.
Escrito por Isabel Berbel, psicóloga y especialista en Terapia Gestalt.
martes, 27 de mayo de 2014
La inteligencia emocional
En
nuestra sociedad ha persistido la idea de la persona inteligente. Ya sabemos
todos que la inteligencia académica no es suficiente para alcanzar el éxito
personal y profesional ni tampoco nos garantiza la felicidad en nuestras vidas.
Las personas más exitosas son aquellas que supieron conocer sus emociones y las
gobernaron de manera que colaboraran para alcanzar sus metas en la vida.
La
inteligencia emocional se define como las habilidades para comprender las emociones y equilibrarlas, de tal
manera que podamos usarlas para manejar nuestra conducta y nuestros procesos de
pensamiento.
Posee 4 grandes componentes:
•
Percepción
y expresión emocional: reconocer de forma consciente nuestras emociones e
identificar qué sentimos y ser capaces de darle una etiqueta verbal.
• Facilitación
emocional: capacidad para generar sentimientos que faciliten el
pensamiento.
•
Comprensión
emocional: integrar lo que sentimos dentro de nuestro pensamiento y saber
considerar la complejidad de los cambios emocionales.
•
Regulación
emocional: dirigir y manejar las emociones tanto positivas como negativas
de forma eficaz.
Estas
habilidades están enlazadas de forma que para una adecuada regulación emocional
es necesaria una buena comprensión emocional y, a su vez, para una comprensión
eficaz requerimos de una apropiada percepción emocional.
La
Inteligencia Emocional se puede utilizar sobre uno mismo (competencia personal
o inteligencia intrapersonal) o sobre los demás (competencia social o
inteligencia interpersonal). En este sentido, la IE se diferencia de la
inteligencia social y de las habilidades sociales en que incluye emociones
internas, privadas, que son importantes para el crecimiento personal y el
ajuste emocional.
Una
vez llegada la adolescencia, una buen manejo de las emociones, dotarán a los
chicos y chicas de herramientas para prevenir los consumos de drogas, la
violencia y las conductas delictivas y un repertorio de comportamientos de
riesgos dirigidos a la búsqueda del placer como la conducción temerario, el
sexo indiscriminado…
Para
los padres y madres, también es muy importante dominarlas ya que, ante una
conducta desadaptativa, de poco sirve echar la charla o amenazar con “no lo
vuelvas a hacer”. Lo ideal es ejercitar con los hijos las capacidades descritas
anteriormente para ir aumentando el repertorio emocional del niño. Como padres,
es nuestra obligación educar a nuestros hijos para que puedan vivir de la
manera más sana y feliz.
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