En Gestalt llamamos “ciclo de la
experiencia” al esquema didáctico que representa el camino que recorre la
energía del organismo del ser humano, hacia la satisfacción de sus necesidades,
constituyendo la experiencia sensorial, mental y conductual de la persona.
Los bloqueos en el ciclo de la
experiencia se definen como la interrupción de la energía por parte del
organismo, ya que se impide el libre flujo y manifestación de dicha fuerza y la
manifestación de la enfermedad no deja de ser un bloqueo debido a que la
persona busca evitar a toda costa el cierre de la gestalt de la vida.
Considerando a la enfermedad como un
mensaje existencial, podemos percibir al padecimiento como la mejor respuesta
que encontró el organismo para adaptarse a su entorno. Un ejemplo de esto sería
un adulto mayor conviviendo con una familia que lo evita e ignora, súbitamente
enferma de cáncer, entonces empieza a recibir inmediatamente la atención por
parte de su sistema familiar. Desde el awareness o la consciousness, se da cuenta de las
repercusiones de su recuperación, por consiguiente, ¿valdrá la pena aliviarse?
La primera reacción ante una enfermedad
es delegar su tratamiento en los médicos. La mayoría de la gente no se pregunta
qué parte de su emocionalidad puede estar en conflicto como para haberse
enfermado. La propuesta consiste en que, además de consultar con el
especialista clínico, esas entrevistas se realicen también con un psicólogo con
la idea de que te ayude a darte cuenta de qué te está pasando.
Adriana (Nana) Schnake, psiquiatra chilena,
lleva la mayor parte de su vida profesional dedicada a abordar la relación
entre las enfermedades y los conflictos intrapsíquicos desde una perspectiva
gestáltica. Si bien ha planteado algunas generalizaciones (como el vínculo
entre los huesos y la estructura, el estómago con la asimilación o el corazón con
la emotividad), no siempre tiene que ser así, ya que la patología surge de la
relación y no exclusivamente del individuo.
No se trata de plantear la curación,
sino más bien de atender al mensaje que te está dando ese órgano enfermo, la
terapia ayuda a la curación en la medida en que la curación la hace el
organismo, no los médicos ni los terapeutas. La verdadera batalla es por la prevención,
por el conocimiento para alejar la enfermedad, por evitar que la muerte ocurra
en circunstancias imprevistas o absurdas.
Aún en las enfermedades más graves
ayuda en la medida en que mejora la calidad de vida de ese último tiempo. Ayuda
a una cura, que quizás no sea la sanación completa pero sí de algunos aspectos.
En cuanto al cáncer, es una de las
enfermedades que muestra la actitud más avasalladora y omnipotente del ser
humano. Las células del cáncer podrían ser definidas como muy omnipotentes
porque hacen una mutación, cuando salen en un órgano se niegan a tener las
características de ese órgano; se mantienen jóvenes mientras tengan alimento;
se multiplican a una velocidad muy grande; no tienen límite; se expanden para
todos lados; son muy egocéntricas; y se alimentan de los vecinos.
Propone el uso de la metodología
gestáltica, especialmente el uso de la técnica de la silla caliente para
establecer un diálogo con el órgano dañado.
Cada
órgano tiene una forma y una función, cuando tú sientes que eres ese órgano con
esa forma y esa función a ti te provoca una emoción determinada. Conectarnos
con una determinada parte de tu cuerpo a unos puede provocarles una emoción
positiva o negativa. Cuando vivencias un determinado órgano puedes sentir un
rechazo porque hay características de él que no te gustan.
Por ejemplo, hombres con cáncer de
pulmón que, al pedirles que se vivencien como pulmón, rompen a llorar porque no
pueden aceptar las características de éste como ser blando, dependiente,
indiscriminados, no les gusta eso. Entonces, tienen una emoción negativa. El
proceso de sanación se puede dar cuando la persona se da cuenta, de que le
guste o no, ese órgano es vital para vivir y que si están presentes esas
características en su cuerpo, en ese órgano suyo es probable entonces, que
también sean suyas. Cuando comienzan a aceptar, dejarán de pelear con sus
pulmones. Se trata de que terminemos aceptando cada parte que tenemos, ir
reconociendo partes del carácter que no nos gustan.
Aceptarse como uno es, con todas las
cosas que pueden ser calificadas de negativas, pero que son positivas en otro
sentido.
Bilbiografía recomendada:
Schnake, Adriana. “Enfermedad, síntoma
y carácter”.
Schnake, Adriana. “Los diálogos del
cuerpo”.
Schnake, Adriana. “La voz del síntoma”.
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