Cada vez se hace más patente el interés por parte de las
mujeres embarazadas y de sus parejas, de afrontar el nacimiento de su hij@ de
una manera lo más saludable y placentera posible. Para lograrlo, no sólo es
necesario una preparación a nivel de conocimientos, de información de los
cambios que se suceden y de cómo podemos ir resolviéndolos sino que opino que
además, sería deseable una preparación psicoemocional que ayude a crear un
clima afectivo armonioso antes de la llegada del bebé.
Para ello, en este artículo voy a analizar las aportaciones
que puede realizar la terapia Gestalt, tanto en su faceta psicoterapéutico como
en su aplicación como filosofía de vida. Para ellos aplicaremos sus principales
objetivos.
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El autoapoyo:
pasar del apoyo externo a tomar mis propias decisiones. En esta área
trabajaremos el autocuidado y la responsabilidad personal. Durante el embarazo
es muy saludable que la persona embarazada aprenda a tomar sus propias decisiones
confiando en su propia intuición. No se trata de impedir que familiares y
amigos bienintencionados ofrezcan sus consejos sino que la principal
protagonista, la mujer embarazada, tome decisiones por sí misma.
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El principio
de homeostasis, el cual sostiene que el organismo busca el equilibrio
de manera natural con el ambiente, sólo hay que trabajar sobre los mecanismos
de interrupción de las necesidades. El embarazo es un proceso que fluye de
manera natural sin necesidad de intervenciones.
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Vivir el “aquí
y ahora”: es fácil de decir y difícil de prácticar. Dice Laura Gutman:
“por mucho que nos preparemos, la presencia del bebé no se parece en nada a lo
que imaginamos antes, es algo desconocido, incontrolable”. Así que de poco
sirve planificar más allá de los aspectos más esenciales de la crianza.
Asimismo ese entrenamiento en el presente y en el fluir, nos servirá para toda
la crianza de nuestros hij@s ya que requerirá de una adaptación mutua contínua.
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Unido al anterior, incrementaremos nuestro “awareness” o capacidad de
darnos cuenta de aquello que sentimos, pensamos y hacemos en consonancia. Una
vez que sepamos cuales son nuestros patrones de comportamiento, especialmente
aquellos que nos llevan al sufrimiento, adquiriremos recursos para abandonarlos
y vivir más plenamente.
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Por último, la Terapia Gestalt persigue aceptar la experiencia tal como es, lo
que incluye aceptar las pérdidas que supone la maternidad y paternidad así como
aceptar el dolor, al igual que la alegría ,como dos caras de la misma moneda y
parte necesaria de la vida.
Para
terminar quiero dedicar este artículo a todas aquellas mujeres compañeras,
clientes y amigas que han compartido su vivencia de la maternidad y me han transmitido
tanto los conocimientos plasmados como la energía para la incesante búsqueda
del bienestar integral.
BIBLIOGRAFÍA.
Peñarrubia,
F. “Terapia Gestalt: la vía del vacío fértil”.
Gutman,
L. “La familia ilustrada”.
Alcubierre, E. y Yera, T. “La maternidad consciente”.
Escrito por Isabel Berbel, psicóloga y terapeuta Gestalt.
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